Tienes que hacerte responsable de tus pasiones, cariño.
Tienes que decidir cómo quieres entregarte, a quién,
y usar ese hermoso cuerpo que no
te durará por siempre… al que no desearé indefinidamente. No me
interesa en lo más mínimo tu pudor, tu condicionamiento cultural que te impide
separar tu sexualidad de tus ideas de compromiso. Si no quieres dilo y tomemos café,
que lo mismo da. Pero si quieres, entonces quítate la ropa, túmbate y entrégate
a ese delicioso olvido, a ese lugar donde el tiempo desaparece junto con tu nombre, donde
se pierde la frontera entre las sensaciones, las ideas, las emociones, el
cuerpo y el alma.
Yo al menos eso
quiero para ti, y quiero estar ahí para verlo. Pero si no, entonces no y no me jodas.